GLADIS PEREYRA - ARGENTINA
La pintura para mi es poesía. Combinación y sucesión de colores, cláusulas, pausas y cortes, como en el lenguaje poético. Y también es música, movimiento que se realiza con el pincel, entre el tiempo correspondiente a un movimiento y a otro distinto.
Las ideas tienen su origen exclusivamente en los sentidos, por lo cual mi disparador es la imaginación e intuición, junto con la percepción, lo sensorial y el ritmo del movimiento del pincel, trabajado con las manos y con todo el cuerpo. Por ello en algunos cuadros implemento la música, la cual tiene la virtud de excitar la sensibilidad.
Pincelo desde el corazón, poniéndole el alma, siendo ahí donde radica el entendimiento, la sensibilidad y la voluntad que informa al cuerpo.
Cuando gusta una obra es porque tiene alma. Es espíritu, es vigor, es vivacidad, es ingenio. Ese vapor muy sutil que exhalan los buenos vinos.
Mi amor a la creatividad es tan fuerte que en definitiva es ella quien me ha llevado a pintar, sin copiar, ni a imitar, despertando el interés sólo por lo que es genuino.
Aprendo creando día a día, inmersa en mi interior, ya que todavía no existe la universidad de creatividad. Por eso me atrevo a considerarme autodidacta. En algunas de mis obras busco generar un tipo de imagen cuya figuras versen entre lo figurativo y lo abstracto . Siento que me doy la libertad que necesito en ese momento que estoy ejecutando, empleando cualquier color sin importar que ensamble con el otro. Me fascina la mancha salvaje, todo lo informal.
Con mucho cuidado pongo atención en la seducción del color, porque los colores deben seducir. Y es en donde me involucro, sintiendo la energía del color mediante los sentidos. Lo energético del color es muy importante, porque el espectador no sólo debe impactarse con lo visual, sino también, sentir la energía que emana la obra.
Siento que un artista en cualquier área es mucho más que alguien que realiza su arte y lo comunica. Para mí un artista es aquél que con su trabajo logra motivar e inspirar a los demás, despertando el amor por el arte.
La madera manchada con el acrílico, con sólo un punto de cualquier color me motiva para crear. Me eleva e inserta en mi interior, llevándome así al encuentro de un mundo de colores propios, relacionándome con lo abstracto, ya que prescindo de todo tema o motivo.
Para mí lo importante de cuando creo, es el disfrute y la vivencia del proceso de lo que estoy expresando, para así conseguir, llegar a la imagen final.
El color debe ser como el alma que dé espíritu y energía a la obra.